Los sombrallama, una raza nacida de la desesperación y la sed de poder, caminan por la penumbra de su existencia, arrastrando consigo el peso de un oscuro pacto. Provenientes del desolado plano de la sombra, su origen se remonta a días en los que fueron humanos comunes, anhelantes de poder y ansiosos por superar los límites de lo terrenal.

El trágico destino de los sombrallama se teje en la sombra de un pacto con Oriole, un antiguo semidios feérico. En su búsqueda insaciable de poder, estos humanos desafiaron los límites de lo conocido y, en su desesperación, acudieron a Oriole en busca de la llave que abriría las puertas a la grandeza. El feérico, en su astucia y ambición, otorgó a los mortales las habilidades de las sombras, desplegando un velo oscuro sobre sus almas.

Sin embargo, el regalo de Oriole venía acompañado de una maldición implacable. Los sombrallama podrían vivir sus vidas en relativa paz mientras permanecieran en el plano de las sombras, envueltos en la oscuridad que les otorgó su nueva naturaleza. Pero, el precio que pagarían por abandonar ese reino sombrío era la pérdida total de sus recuerdos. Cada paso fuera de las sombras se convertía en un acto de auto amnesia, un despojo cruel de la identidad y los lazos que alguna vez formaron.

Ahora, los sombrallama vagan por el mundo con el alma marcada por la dualidad de su existencia. En las sombras, encuentran consuelo y poder, pero siempre acecha la sombra de la soledad, ya que Oriole en ningún momento les advirtió del sacrificio que realizarían al aventurarse más allá del plano de las sombras. Sus vidas son una danza perpetua entre la oscuridad que los abraza y la luz que amenaza con despojarlos de su propia historia. En cada rincón, susurran historias de un pueblo condenado, un eco triste que resuena en la eternidad de las sombras que los envuelven.